Una definición práctica se desprende de las dos raíces de la palabra
“fitofármaco”: “fito” procede del griego y significa planta, “fármaco”
es el medicamento.
Por lo tanto, en términos generales los fitofármacos son
medicamentos que contienen como principio activo exclusivamente
plantas, partes de plantas, ingredientes vegetales o bien,
preparaciones obtenidas a partir de ellas.
En nuestro país los fitofármacos, al igual que en la mayoría de los
estados de la Unión Europea, se incluyen en la Ley 25/90 del
Medicamento en la categoría de medicamentos.
En la presente información no se manejan aquellos matices que, en
última instancia, no tengan importancia para la práctica terapéutica,
sino que está enfocada hacia el concepto de fitofármacos en sentido
estricto, como se emplea hoy día en la mayoría de los casos. Los
fitofármacos en sentido estricto se definen mediante los siguientes dos
criterios:
1. Son fármacos que contienen, como sustancias activas, preparaciones de partes
vegetales en una forma galénica específica.
La preparación a partir de partes vegetales puede ser:
a) Partes vegetales cortadas o pulverizadas.
b) Jugos de partes de plantas.
c) Tinturas, maceraciones en aceites, destilados.
d) Extractos de partes de plantas, obtenidos mediante solventes dentro del marco de varios procedimientos.
Como formas galénicas se encuentran especialmente:
a) Polvos, gránulos.
b) Gotas, jugos, soluciones.
c) Cápsulas, comprimidos, grageas.
d) Ampolletas, infusiones.
e) Pastas, ungüentos, geles y cremas.
2.
Son fármacos que forman parte de una terapia medicamentosa racional en
el sentido de la medicina científica y se emplean para el tratamiento
de enfermedades o padecimientos definidos (Hänsel/Haas).
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Los fitofármacos modernos se someten a la comprobación de eficacia y
tolerancia según los métodos de determinación de la medicina académica.
La comprobación del efecto se realiza, esencialmente, mediante
experimentos farmacológicos y la de eficacia mediante estudios clínicos
o a través de la experiencia médica (Fox).
Presentado en forma sencilla, un fitofármaco en sentido estricto se
diferencia de un “fármaco químico” en que contiene como principio
activo una preparación vegetal en lugar de una sustancia química
sintetizada. Por esta razón, predominan los “extractos” de preparación
de plantas. Es evidente que los productos mencionados a continuación no
corresponden a la definición relevante para la práctica de los
fitofármacos en sentido estricto con base en los dos criterios
anteriores:
a) Fármacos homeopáticos.
b) Fármacos antroposóficos.
c) “Remedios naturales”, sentido tradicional de la expresión, “remedios caseros”, entre otros. |
Si un fitofármaco contiene, como principio activo, un solo extracto
vegetal se conoce como monopreparado. Si contiene dos o más extractos
con principios activos se conoce como preparado de combinación.
Bajo el concepto “extracto” se entienden formas diferentes, por
ejemplo extractos líquidos, densos, o bien secos. Los medicamentos
basados en principios activos vegetales aislados únicos (por ejemplo,
digoxina) no se consideran como fitofármacos en sentido estricto,
porque no tienen los principios secundarios naturales de un extracto.
La unidad de los principios activos, secundarios y excipientes
importantes para la eficacia que caracteriza un fitofármaco no se
encuentra en estos medicamentos.
Los fitofármacos, en sentido estricto, son fármacos:
- Que contienen como principio activo preparaciones
vegetales, sobre todo extractos estandarizados, a diferencia de los
“fármacos químicos”.
- Que se elaboran en preparaciones galénicas normales como son gotas, comprimidos, grageas, cápsulas o cremas.
- Que se emplean en el campo de la medicina científica.
- Cuyos
efectos farmacológicos se prueban mediante experimentos y cuya eficacia
clínica se demuestra en estudios clínicos y en la práctica médica.
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